Sabes que el tiempo no podrá hacer que nos olvidemos. Sabes que la distancia no podrá evitar que nos recordemos. Sabes que el miedo no podrá ocultar nuestros sentimientos. Sabes que por muy diferentes que seamos, nuestro amor noshará iguales. Lo sabes, porque te lo he ido recordando todos los días, con cada mirada, cada caricia, cada beso..
Y también sabes, que jamás podremos olvidarnos, porque lo pasajero no se recuerda, pero nuestro amor es eterno, y siempre hará que estemos juntos. Puede que no nos veamos, nos escuchemos, o no haya nada que nos recuerde, pero siempre estaremos juntos, por mucho que duela, y por mucho que no queramos, no nos vamos a poder olvidar, porque se con total claridad, que siempre te seguiré queriendo, y tu a mitambién.
Por eso, hoy me es mas fácil que otros dias recordarte, porque se, que volveremos a estar juntos.

domingo, 28 de octubre de 2012

Pequeña estrellita.

Carlos y Elena llevaban siendo amigos desde que se conocieron al empezar el instituto, pero lo que no sabían es lo que sus padres planeaban para ellos.
Los padres de Carlos y los de Elena llevaban peleados desde que se conocieron, por empresas contrarias. 
Así que decidieron que lo mejor sería que Elena y Carlos se casaran para finalizar la pelea.
Al decírselo a Elena y a Carlos, Elena salió corriendo de la casa, pero Carlos estaba contrariado, estaba feliz porque se casaría con Elena, su gran amor. Pero no le gustaba que ella se hubiera enfadado con la idea.
Elena dejo de hablarle a Carlos durante muchos días, algo en ella le decía que quería casarse con él, pero 
sus años de amistad se lo impedían, ya que no quería perderle.
Al final Elena respondió a una de las llamadas de Carlos.


¿Sí? - preguntó Elena al coger el móvil, aunque ya se conocían desde hace mucho, se seguía poniendo igual de nerviosa cuando hablaba con él.
- Elena, soy Carlos. ¡Por favor no me cuelgues! - Le suplicó al imaginarse que Elena estaría apunto de colgarle.
+Vamos a quedar dentro de media hora en el parque de siempre, por favor.
-Vale - Y antes de darle tiempo a responder le colgó el teléfono. Elena sabía que no tenía porque enfadarse 
con el, ya que la estúpida idea del matrimonio era de sus padres. Pero no podía evitar sentirse utilizada al 
estar obligada a casarse.

Se arregló y salió del piso, ya que se había ido alquilada a un apartamento porque no se hablaba con sus 
padres. Cuando llego al parque se encontró con la mirada de Carlos que se le acercó corriendo y la abrazó.




+Te he echado de menos pequeña. - le susurró al oído. - Antes de que te vallas corriendo, quiero decirte 
que si no quieres que nos casemos no lo haremos, pero quiero que hoy, recuperemos los días que llevabas 
enfadada conmigo. - Se alejó y la miró a los ojos - ¿Aceptas eso?
-Pues claro que si tonto.

Se dirigieron hacia el lugar preferido de Elena, el Starbucks del parque. Carlos la invitó a un café Mocca 
enorme y a pasear un rato, entonces Elena se paró enfrente de una joyería a buscar un collar que la había 
cautivado desde que lo vio. Tenia forma de estrella y era de color plateado.
Juan estaba un poco apartado mirando a unos niños corretear por el parque, al ver la cara de tristeza de 
Elena se asustó un poco y se acerco a ella.

-Elena, ¿te pasa algo? - Se acercó hasta estar detrás suya.
+No, nada. - Y siguió caminando.
-De acuerdo, te has ganado una sorpresa - La cogió de la mano y la llevo corriendo al coche y sentándola en el asiento del copiloto. 
+A donde vamos? - Le preguntó ella abrochándose el cinturón.
- Vamos a un sitio muy especial, pero antes.. - Sin que se diera cuenta le ató un pequeño pañuelo a los ojos, y le besó la nariz. Elena se puso colorada en seguida mientras Carlos cerraba la puerta y se subía al coche.




Juan condujo durante media hora, en la que Elena estuvo preguntandose a donde irían. Al notar que el coche 
frenaba Elena se puso muy nerviosa.

+¿Dónde estamos?
-Ahora lo verás- le respondió Carlos mientras la conducía afuera del coche.
+ ¡Por favor no dejes que me caiga!
- Eso nunca.. - Susurró, aunque Elena no le oyó. 

La sentó en lo que parecía una roca y le quitó la venda, 
pero le puso la mano encima de los ojos para que no pudiera ver.

-Vale, ahora te voy a quitar la mano, pero me tienes que prometer que vas a seguir con esos bonitos ojos 
cerrados. - Le susurró al oído. Elena al sentir lo cerca que estaban se estremeció, a lo que Carlos sonrió 
complacido.
+Vale, pero no tardes mucho, que me da miedo - Dijo con voz de niña pequeña y riéndose.
Juan le quitó la mano de los ojos y se alejó unos pasos.
-Vale, ya puedes abrir los ojos - Le chilló esperando su reacción. Elena abrió los ojos y se asombró al ver 
el atardecer mas bonito que había visto nunca.
+¿Y esto? - Se giró hacia Carlos mientras el se acercaba a ella y le mostraba una caja de terciopelo azul.
- Quería encontrar el sitio perfecto para darte esto...

Elena la abrió y se encontró el collar de la estrella que tanto había querido. Al instante supo porque aquel 
collar tan caro no estaba en el escaparate, seguramente él lo habría comprado cuando ella la vió.
Elena le dió un abrazo, pero luego se dió cuenta de un detalle.

+No puedo aceptarla - Y se la devolvió con pena. Ella sabía lo cara que era, ni siquiera ella podía comprarsela
 con todos su ahorros.
- Elena, se porque no quieres quedártela, pero yo te la he querido regalar y te la vas a quedar - Se la coló en la chaqueta y le sonrió de esa manera en la que solo él sabía. 

Elena se dejó llevar por el momento y rozó los labios de Carlos con los suyos. 




Pero al darse cuenta de que Carlos no le devolvió el beso, se apartó y sin mirar su cara para ver si estaba enfadado. Al ver la cara de perplejidad que tenia, salió corriendo hacia el bosque antes de que a Carlos le diese tiempo a reaccionar. Vió a Elena adentrandose en el bosque, pero estaba paralizado, no le parecía posible que Elena le hubiese besado justo cuando el iba a hacerlo. Al instante reaccionó y empezó a correr para alcanzar a Elena.

Corrió durante horas, pero el bosque parecía no tener fin, al principio pensó que sería buena idea traerla aquí pero no sabia que Elena saldría corriendo. Cuando empezó a anochecer, se le ocurrió ir a la ciudad a por ayuda, pero no pensaba dejar a su pequeña perdida en el bosque.
Siguió corriendo y gritando su nombre hasta que se quedó sin voz. No podía llamarla ya que no llevaba el móvil encima, así que se subió al árbol mas alto que vio  Pero justo cuando llegaba a la copa, la rama sobre la que estaba se partió y se precipitó al vacío  Solo veía las estrellas y el cielo despejado cuando impactó contra el suelo. No pudo evitar que un alarido de dolor saliera de sus labios, sintió que se partía en dos, y no sentía el brazo derecho, ya que se calló sobre este.
Sentía mucho dolor, y estaba cansado, miró a su alrededor, levantó la vista al cielo y se acordó de su 
pequeña estrellita, como pudo se levantó, para seguir buscándola.
Cojeaba un poco, y cada rato tenía que parar para recuperar el aliento, giro a la derecha y justo entonces 
oyó un sollozo.
Pensó que podía ser Elena, asi que fué corriendo y aguantando el dolor como pudo. Al pasar un árbol, se 
encontró a Elena, sentada con la cara entre las piernas al lado de una gran roca.

+ ¿Elena? - Preguntó Carlos acercándose poco a poco. Elena al darse cuenta de que era Carlos inmediatamente se levantó y echó a correr a sus brazos.
- Lo siento.. -Sollozó - Yo solo..- Carlos no le dió tiempo a terminar la frase ya que la besó.
+ Venga, y ahora a ver como salimos de aquí - La abrazó por la espalda para pegarla mas a él, pero elena le cogió del brazo herido y por mucho que Juan intentó aguantar el dolor, no pudo evitar soltar un siseo.
- ¿Carlos? ¿Qué te pasa? - Elena se separó un poco y vió la ropa de Carlos destrozada y como se agarraba el brazo dolorido. Al instante se le llenaron los ojos de lágrimas ya que si él estaba así era solo por culpa suya. 
- Yo.. Lo siento.




Y empezó a llorar. A Carlos verla así le rompió el corazón, se acercó a ella, le aparto las manos de la cara y la abrazó.

+Como vuelvas a llorar más hoy, te prometo que te voy a hacer cosquillas hasta que te partas en dos. - Dijo
 besando su cabeza -Y ahora vámonos a buscar la salida.
-¡Tengo una idea! - Dijo recuperando el entusiasmos de siempre.
+ Ay dios, esto va a doler.
- ¡Calla ya! -Rió - Me subo a esa roca, y veo si hay alguna salida, si, si, si - Se acercó a la roca dando 
saltitos.
+ Elena, esto no es una buena idea, en serio - La miró preocupado - Por favor baja.
- Calla que estoy.. -Justo entonces se torció el tobillo y resbalo calléndose, por suerte Carlos se había 
colocado debajo y la pudo recoger, pero Elena sin querer le dio en el brazo malo y Carlos soltó un grito de dolor.
- ¿Estas bien? - Le preguntó ella preocupada.
+ ¿Estas tú bien? - Al darse cuenta de que al bajarla al suelo le costaba apoyar el pie, Carlos se agacho 
delante de ella. -Venga, sube que te llevo.
- ¿Estas loco? Ni de broma. - Se alejó de él.
+ Elena, tienes 5 segundos para subirte o te cojo del culo.
- No. 
+ Elena.. - Dijo susurrándole.
¡No! - Chilló, pero ya era demasiado tarde, Juan ya se la había colgado y estaba andando. - ¿Nunca te 
rindes verdad?
+Nunca.

Siguieron caminando, Elena a cuestas de él pero no encontraron la salida, y empezaba a chispear.
-Carlos, para, está empezando a llover. - Estaba muy cansado, cargar con Elena había sido una dificultad 
más, aparte de lidiar con el pie y el brazo heridos. - Mira, vamos a ponernos debajo de ese árbol.

Elena, señaló un gran árbol. Se acercaron y se sentaron en el suelo, Carlos rodeo a Elena con sus brazos y la pegó a su pecho. Noto que Elena tiritaba, se quitó la chaqueta y se la puso a Elena.

- ¿Y esto? ¿No tienes frío? - Le pregunto abrochándose la chaqueta.
+Yo estoy bien mientras tu estés bien.

Elena se quedó dormida, empezó a hacerse de día y Juan la cogió sin despertarla para seguir buscando la 
salida.
Cuando Elena despertó se encontró en su cama. Vió una nota en el suelo de su habitación y la leyó.

“Elena, te he dejado aquí y me he ido a casa. Cuando te despiertes llámame. Te quiero. ”

Decidió ir a su casa directamente y darle una sorpresa. Salió del edificio y se monto en su moto. 
Condujo por todas las calles, estaba lloviendo y tardo más tiempo el llegar pero en 15 minutos ya estaba 
delante del edificio en el que vivía Carlos. Apagó la moto y subió a tocarle ya que la puerta del portal estaba abierta. 
Toco varias veces a la puerta, y le intentó llamar al móvil pero no le contestaba. Estaba apunto de marcharse
 cuando una vecina salio de su casa.

-Perdone, ¿sabe si el chico que vive aquí esta en casa? - La mujer se giró hacia ella y la miró con cara de 
pena.
+No, no está ayer por la noche vino la ambulancia y se lo llevó, dejó esto para una amiga suya que se llama 
Elena, ¿eres tú?
- Sí, soy yo.. - La anciana le entrego una nota en la que ponía la dirección de un hospital cercano a la casa 
de Elena.

Antes de que pudiera decir nada mas la mujer, Elena salió corriendo escaleras abajo, se subió a la moto y 
corrió a toda velocidad por las calles.
Entro directamente al hospital, le preguntó a la enfermera por un chico alto, moreno que había llegado la 
noche anterior.
- Sí, mira está en la habitación 436. 

Susurró un gracias y subió los 4 pisos, corrió por el pasillo como si la persiguiera el diablo.
Se dirigió corriendo a la habitación 436, y se quedó parada delante de 
la puerta sin saber que hacer. No tenia ningún derecho de estar allí, pero al final cruzó la puerta que le 
separaba de él.
Lo vio tendido en aquella cama gris, con los ojos cerrados y la respiración tranquila, se acercó a él y se tumbo a 
su lado, acurrucándose en su pecho sin despetarle. Le acarició la cara con cuidado hasta sentir que se estaba despertando.




-Elena.. -Carlos abrió los ojos y la miró- ¿Qué haces tú aquí?
+Pues, he venido a buscarte. Ahora dime, ¿por qué no me has dicho que estabas aquí?
-Porque no quería preocuparte.
+ ¿Crees que si no me llamas no me iba a preocupar después de lo de ayer?
- Venga, ven aquí.. - Elena besó a Carlos, pero en ese momento escucharon una tos fingida, Elena se apartó rapidamente de Carlos y este soltó una carcajada.

Era una enfermera, tendria unos 60 años, bastante normal, baja, con los pelos grises, pero lo mas extraño eran aquellos ojos marrones,unos ojos increíblemente dulces que parecían que te podían leer el alma.

+Carlos, ¿es esta tu novia? Es muy guapa - Dijo la anciana, se giró hacia Elena y la abrazó - Encantada querida, soy Sofía y estoy encargada de este diablo. ¿Puedo hablar contigo un momento?
Cogió a Elena del brazo y la sacó al pasillo.

-Dígame, ¿pasa algo? -Elena se preocupo por si le pasaba algo grave a Carlos.
+No hija, no pasa nada. Solo te quería pedir un favor. Ten cuidado con la salud de Juan, ha tenido una neumonia muy fuerte y hemos estado a punto de perderle. -Los ojos  de Elena se llenaron de lágrimas, por su culpa Carlos se habia puesto tan mal, solo por que ella estubira bien.
-Yo.. - Sofía la cortó.
+Tranquila, ya esta bien, solo te pido que le cuides y que no le dejes solo.
-Claro que no.

Elena se despidió de Sofia con un abrazo y entro a la habitacion. Vio a Carlos vestido y listo para irse. No le preocupo que se sintiera mal y estuviera debil. Se acerco a el y le platno una bofetada en la cara.

+ Esto, por aver sido tan estúpido de averte puesto enfermo por mi y.. - Carlos cogió a Elena en brazos, haciendo que Elena rodeara la cintura de él con sus piernas, y la besó.
- Y esto, es porque te quiero. - Y la volvió a besar, Elena cortó el beso.
+Estúpido. - Un beso.
-Te quiero. -Otro beso.
+Imbécil. - Un beso más.
-Te quiero. -Otro.
+Tonto. -Juan vió que Elena iba a rendirse y después de besarla otra vez, junto su nariz con la de ella hasta quedar a dos centímetros de sus labios y susurró: 
- Di que me quieres.
+ Te quiero.




Elena frenó en frente de la casa de Carlos y le ayudó a bajar. Subieron hasta el piso de Carlos y Elena abrió la puerta.

-Gracias por traerme.
+¿Traerte? Perdona guapo, pero esta noche me quedo aquí contigo.
-Enana, no tienes porque. Seguro que estás cansada, además puedo cuidarme solo - Carlos puso una cara a la que Elena no podía dejar de reír.
+Venga, no digas tonterias.
Elena le acompaño a su cuarto, le abrió la cama y le dio un pijama limpio.
+Voy a hacerte algo de comer mientras tu te das una ducha y te acuestas, ¿vale?
-Sí, mamá. El beso de buenas noches y el cuento los dejamos para luego ¿no?

Elena salió de la habitación riéndose antes de que el siguiera diciendo tonterías. Se sentía muy aliviada de que estuviera bien ya que se preocupo mucho cuando Sofía le dijo que había tenido una neumonía
 muy fuerte. Debería de llevarle un regalo por aver cuidado tan bien de Juan.
Elena le llevó una sopa caliente a Carlos y al entrar en su habitación le vió dormido. Dejó la bandeja en la habitación y miro su cuarto. Estaba muy bien ordenado, el escritorio estaba repleto de cosas y había un tablón con fotos.
 La mayoría eran de Carlos y ella pero también había algunas de ella. Vió una cajita y la cogió. Dentro estaban varios recuerdos de ellos dos juntos y al final, doblada con mucho cuidado estaba una pequeña cinta que Elena había perdido el primer día de instituto. Seguramente el la habría encontrado y la guardaría.

-Me enamoré de ti ese mismo día. -Sintió los brazos de Carlos rodearla y pegarla a su pecho. Elena sintió como las lágrimas se acumulaban alrededor de sus ojos y empezó a llorar, Juan al escucharla la giro hasta quedar cara a cara. -Justo ese día, cuando te ví en el pasillo recogiendo los libros que se te habían caído al suelo, con la gente pasando alrededor, con una coleta desordenada y las mejillas sonrosadas, aprendí que incluso las cosas más pequeñas destacan entre la multitud, mientras sean las mas bellas.

Elena se giró y empujó a Carlos a la cama para besarle.




Al día siguiente Elena despertó al sentir unos labios encima de los suyos. Le besaron los ojos y la nariz.

-Al fín te despiertas, llevo esperándote mucho tiempo.
+Pues no me esperes más - Y le besó.

Entre besos y risas se vistieron y desayunaron.
Elena estaba fregando los platos cuando tocaron a la puerta.
-Elena, abre tú por favor.
Ella se dirigió a la puerta y la abrió. Vió a una chica parada en la puerta, con un pelo rojo, rizado, muy largo y unos preciosos ojos azules.

-Tú.. ¿eres? - Le preguntó Elena.
+Me llamo Lucía - Le plantó dos besos a Elena - Soy la novia de Carlos . 

Elena se quedo paralizada, no sabía que hacer. Oyó que Carlos se acercaba y salió por la puerta corriendo. Se alejó y acabo en un parque en el que nunca había estado. Se acercó a un árbol y se acurrucó debajo mientras las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.
Al cabo de unos minutos sintió como alguien la levantaba del suelo. Sabía que era él, pero no se atrevía a mirarle. 

+Elena, ella no es mi novia. Si es cierto que salí con ella hace muchísimo tiempo, pero ahora yo te quiero a ti.. ¿Elena? -Ella estaba mirando al suelo sabiendo que había reaccionado como una estúpida porque Juan ya le había hablado de Lucía, pero salieron hace años.

+ Aver Elena - Carlos al darse cuenta de que no le miraba, la cogió de la cara suavemente con las dos manos. - Ella no significa nada, ni siquiera me acordaba  de ella, porque ahora eres tú lo más importante que tengo. -Elena solo lloraba.

+Porque no quiero nada que me pueda dar nadie si no me lo das tú, te quiero con cada una de tus risas en los momentos más inoportunos, te quiero con tus sonrojos y tus miedos, te quiero con cada sonrisa que consigues sacarme y las miles que tienes reservadas para ti, te quiero más cada vez que me miras con esos ojos dulces, sinceros, e increíblemente preciosos, porque pueden enamorar a cualquier persona, aunque tenga un corazón de piedra, te quiero por ese corazón bondadoso que sabe lo que necesitan los demás, y no lo que tú misma quieres, por esas locuras y pavadas que tienes porque para mi son nuestras. Te quiero por las miles de veces que has conseguido que me sintiera especial. Elena, te quiero, por ser tú, por como eres, por lo que somos. Porque tú eres la única que me ha enseñado como amar, eres la única que me ha importado lo suficiente como para dar mi vida por ti, eres la única que ha hecho de mis defectos virtudes, y eres la única a la que quiero.


martes, 1 de mayo de 2012

Seremos diferentes, pero lo seremos juntos.


Llevaba unos días muy ajetreada pensando en lo ocurrido hace 7 meses, la verdad, no estaba segura de lo que hice al haber abandonado a John, aun sabiendo que sentía algo por él, pero después del accidente, decidí estar sola, era lo mejor.

Estaba paseando por el parque, pensando en todo el trabajo que tendría después de las vacaciones de navidad en el hospital, cuando le ví,  igual de guapo que hace tanto tiempo, seguía teniendo el mismo pelo color negro, largo y descontrolado, esos labios que eran dueños de una sonrisa increíble, la que me había quedado mirando embobada como una tonta, no quedaba ni rastro de ella, y esos ojos, los más bonitos jamás vistos, estaban cambiados, habían perdido todo el brillo que tenían desde la última vez que se vieron y me sentía culpable, culpable porque sabía que era la causante de esas ojeras y de esa palidez en su rostro, de haber echo sufrir a un chico que se merecía todo lo bueno que hubiese en el mundo, pero se equivocó, y ya no había tiempo para arreglarlo.
Ahora le miraba con otros ojos, la ultima vez que le vió, solo me dio pena perder nuestra amistad, pero ahora, me temblaban las rodillas al verle acercarse.



+ Hola - Me saludo con esta timidez que le caracterizaba- ¿Cómo has estado?
-Pues no muy bien la verdad. -Le contesté tartamudeando.
+ Mira Raquel, tenía que haberte pedido perdón antes por lo de Junio, ya se que no debía haberte presionado a que continuásemos juntos, pero comprende que te amaba de verdad, y que no podía hacerme a la idea de perderte.
- Mira John quiero que se.. - Intente decirle sonrojándome.
+ No Raquel, déjame terminar por favor, se que llega un poco tarde pero siempre te estuve recordando, y aunque comprendo que ya no quieras saber nada de mi, no me arrepiento de nada de lo que hice, porque si te pedí estar juntos, fue porque te quería y te seguiré queriendo, que sepas, que yo siempre te esperaré por mucho que tú no quieras ni verme.





Me quedé sin habla, no creía que fuese verdad que me  estuviese diciendo esto, después de como me había portado con el, menospreciándole y dejándole de lado, ¿y ahora el me decía que me amaba? Cada día estaba más segura de que le quería mas.

Al ver que no le respondía agacho la mirada y se sonrojó, en ese momento me di cuenta de que había estado mirándole embobada.
+ Bueno, creo que tampoco ha sido muy buena idea decirte esto, mejor me voy - Dijo girándose.
- John espera - dije cogiéndole de la mano- creo que tendríamos que hablar, escucha..
+ Espera Raquel, ¿por qué no hacemos una cosa? - Dijo sacando esa sonrisa que tanto había echado de menos-  mira, quedamos mañana a las 12 en tu casa, y te recojo, ¿vale?
- Vale, pero ¿qué vamos a hacer?
+ ¡Es una sorpresa! -Dijo riéndose- Tu prepárate, y ponte guapa, aunque creo que no te va a costar nada.
Estaba segura que ahora mismo tendría la cara mas roja que un tomate.
- De acuerdo, no llegues tarde.
+ Claro que no, ¿quién te crees que soy? -Me dijo guiñándome un ojo, y de repente, me dio un beso en la mejilla, susurrándome al oído : “No sabes cuanto te he echado de menos”

Y se fué dejándome temblando, y sabiendo que cada día, este chico me volvía más loca.
Mientras volvía a casa, había tomado una decisión, iba a explicarle a John porque había tenido que tratarle así de mal e iba confesarle que le seguía queriendo.

-Hace 7 meses-

Había quedado con John 6 en la playa, y tendría que decirle que me iba, pero no podía explicarle el porque, aunque me moría por quedarme con él para siempre. Solo quería decirle que me iba he irme de una vez, sin mirar a atrás, porque como me pidiese que 
me quedase, sabia que no me iba a poder ir.
Entonces le vi, venia con una sonrisa en su cara, esa que nunca se separaba de el desde que le conocí, pensé en marcharme corriendo, e irme sin despedirme, pero no podía hacerlo, no era justo ni para él ni para mi.


+ ¡Raquel! - Me saludo dándome un beso, y haciendo que me sintiera mas culpable.
- Hola.. - Le dije agachando la mirada, escondiendo esas lagrimas que luchaban por salir.
+ Raquel, mírame - Susurró.
- No quiero.
+ Raquel..
Y antes de que pudiese reaccionar y evitarlo, había estampado un beso en mis labios. Al separarnos me miro de la forma más dulce, alentándome con una sonrisa, a que le contase lo que me pasaba.
- John - Solloze- Me voy..
+ ¿Qué? No puedes dejarme Raquel, por favor no me hagas esto, pero ¿ que ha pasado?
- No puedo seguir aqui.
+ No entiendo..
- John, no puedo mas con esto, es todo una farsa, yo ya no te quiero, nunca te he querido, solo eras un entretenimiento mas. -Le dije, son mirarle, porque sabia que no iba a poder ocultárselo si le miraba.


Iba a marcharme, pero me atrapo entre sus brazos.






+ Raquel, mírame a los ojos, y dime que todo fue mentira.
- ¿Para que? Es que estoy aburrida de todo esto, no te necesito y sí John - Dije clavando mis ojos en los suyos - No te quiero.


Y me fui corriendo, dejándole con una expresión en la cara que recordaría para siempre, viendo como esa magnifica sonrisa que tanto había amado desaparecía, y el brillo de sus ojos, se perdía.

Sacudí la cabeza, intentando apartar esos recuerdos, mientras abría la puerta de mi casa.
Deje todo encima de la cama y fui corriendo a por el teléfono que no dejaba de sonar.

- ¿Diga? -Contesté.
+ Como puedes ser tan guarra de no llamarme después de haber estado hablando con un chico guapísimo? - Me dijo mi amiga Nuria.
- No se de que me estas hablando - Dije picándola, sabía que eso le ponía muy nerviosa, sobre todo si había chicos de por medio.
+ Haber, que me digas quien era, que te he visto pillina, para tu mala suerte estaba saliendo de una cafetería, en la que por cierto hacen unas palmeritas buenísimas.
- ¿Tú solo piensas en comer eh?
+ Si, suerte la mía que no engordo nada, ahora en serio cuéntame ya quien era ese chico o te juro que voy a tu casa y te 
arranco la cabeza.
- Ah no, esas cosas solo se cuentan en persona y además.. - Sonó el timbre - Espera que abro.
+ ¡No me hagas esto! Por favor, creo que merezco algo de piedad por todos estos años juntas.

Deje el teléfono con  Nuria chillándome barbaridades y abri la puerta.

+ Disculpe, ¿la señorita Raquel? - Dijo un hombre con un ramo de unas preciosas flores, azules.
- Si, soy yo, que necsita? 
+ Tome - Dijo dándome el ramo y marchándose.

Me quede con el ramo en la mano, sin saber quien me lo podía haber mandado. ¿Era posible que fuese..?
Me fui al salón y puse las flores en un jarrón, cuando me di cuenta de un pequeño sobre blanco, lo abrí y ponía:

Esta flores, se llaman No me olvides.
Te las he regalado, porque son el significado de algo que yo nunca podría hacer, jamás te olvidaría
Seguramente ahora te abras quedado admirándolas, pues que sepas, que no puedes comprar tu belleza con la suya,  porque estoy seguro, de que Dios buscó algo con muchísima belleza para crearlas, y que primero te creó a ti, y después a estas flores.


Siempre tuyo, John.

No me había dado cuenta antes, pero tenia lagrimas en los ojos. En ese momento me acordé de Nuria y fuí corriendo a por el teléfono, pero había colgado. ´
Estaba ordenando la casa cuando llamaron a la puerta, fuí corriendo a abrir y me dieron con una bolsa en la cabeza.

- ¡Ay! ¿Pero quien.?
+ Pero ¿tú quien te crees que eres? ´¿Por qué no me cogías el teléfono? - Me chilló Nuria - ¡Me has dejado media hora sin responderme! Mira, ahora mismo, te vas a sentar en el sofá y me vas a contar todo ¿vale?
- Vale, vale jajaja- Cogí todas las bolsas que había traído, me senté en el sofá y me puse a abrirlas , estaban llenas de chocolate, chuches, refrescos.. -Pero ¿tú que quieres? ¿Qué hagamos una fiesta o algo? jajajaja
+ Pues no, son para mi, una historia no se cuenta sin comida - Dijo guiñándome un ojo- Pero venga, que empieces a contar ya y no quiero interrupciones, como si hay una guerra y nos la perdemos.
- He visto a John..
+ ¡¿Qué?! ¿Cómo? ´¿Dónde? ¿Qué te ha dicho? CUENTAMELO TODO.

Le conté lo que habíamos hablado, y que le iba a contar todo lo que sentía por el.

+ Me parece increíble que os halláis vuelto a ver, tiene que ser algo del destino. ¿Y que te vas a poner? ¡No hay tiempo! 
- Chilló con los ojos como platos- ¡Ay! Tenemos que vestirte, peinarte, maquillarte..
- Creo que voy a ir con la ropa de esta mañana.. -susurré
+ ¡¿Perdón?! Ni en broma, por mi nombre que se te tira encima esta noche -Me llevo a mi cuarto y me metió en el baño -Tienes 15 minutos para ducharte, como tardes más, te juro que te saco.



Al acabar de mi ducha, me encontre con 5 vestidos con sus respectivos pares de tacones, con 3 cajas de maquillaje y a una Nuria muy preocupada haciendo mezclas para ver cual combinaba.


+ ¡Has tardado muchísimo! - Me sentó en una silla enfrente del tocador - Tenemos muy poco tiempo, estate quietecita y no hables.
- Pero si son las 7 , ¡quedan 2 horas! - Dije mirando el reloj - Mira, yo me duermo, y alas 8 y media me visto y ya.
+ ¿Pero estas loca? ¡Quieres que me de un infarto! Como se nota que no me aprecias, si me quisieras, te sentarías en esa silla y me harías feliz -Dijo casi llorando, como  se le notaba que estudiaba arte dramático..
- Vale, vale, pero ¿me puedo dormir en la silla?
+ Mmm.. de acuerdo, pero ni se te ocurra moverte.

Al final, acabé dormida , estaba agotada de pensar en lo que iba a decirle a John.

+ ¡Voila! Soy una genia, mírate que guapa.
- Oh dios mío - El espejo me devolvía la imagen de una persona bellísima, con unos bucles color chocolate, y los ojos mas grandes que hubiese visto en mi vida, parecía una diosa.
+ Ponte la ropa por favor, venga, venga, venga, ¡venga! - Nuria estaba dando saltitos por toda la habitación mientras yo me colocaba el vestido y me miraba en el espejo, parecía increíble que me viese tan hermosa..
- ¿Soy yo? - Llevaba puesto un vestido blanco y negro de rallas, unos zapatos no muy altos de tacón. Iba muy sutilmente maquillada, pero el maquillaje hacia que sus ojos se viesen mas grandes.
+ No, es mi tía, ¡pues claro! -Rió.
En ese momento tocaron a la puerta.
+ ¡Es él! ¡Es él!
- Mira, Nuria, te quería agradecer por todo lo que has hecho y por..
+ Sí, sí, ya se que soy la mejor, y demás pero ahora o te vas o te pateo el culo. Y cuando vuelvas voy a estar aquí  esperando.
para que me cuentes todo con detalles. - Me llevo a la puerta, y se metió para dentro de mi casa lanzándome un beso en el aire y cantando que Nuria era la mejor.


Solté una carcajada, respiré hondo y abrí la puerta, y ahí estaba el, con una sonrisa en su cara. En cuanto le abrí la puerta me recorrió con la mirada arriba abajo y yo hice lo mismo, estaba guapísimo, con unos pantalones largos blancos, una sudadera negra, y un gorrito porque era invierno y estaba nevando.

+ Hola -Me saludo dándome un beso en la mejilla, que a mi me hubiese gustado que no fuese ahí, "tranquila Raquel, todo a su tiempo" me decía a mi misma - ¿Nos vamos?
- Claro pero, ¿a dónde?
+ Es una sorpresa - Dijo mientras caminábamos por la calle - Pero antes, creo que tenemos que hacer una parada.
- ¿No me vas a decir nada? -Hice un puchero.
+ Te ves preciosa así, pero no - Me guiñó un ojo.
- ¡Jo!

Andamos un rato mas por la acera hablando de trivialidades, cuando para mi buena suerte, me resbale con el suelo helado, cerré los ojos esperando el golpe pero no llego, abrí un ojo y me encontré con la cara de John a centímetros de la mía, me estaba sujetando con su mano detrás de mi espalda para que no me cayese.
+ Sigues igual de torpe ¿no?- Me ayudo a levantarme.
- ¡Es porque el suelo esta congelado!
+ A si que esta frío..

Entonces sin yo esperármelo, me subió a su espalda y echo a correr.
- ¡Bájame! John que me bajes!
+ ¿Y si no quiero? - Fue andando mas despacio hasta llegar a la puerta de una floristería.
- Por favor, no me obligues a subir encima tuya, por favor.
Sin hacerme caso entro en la tienda y saludo al dependiente.
+ Hola Rafael, dame lo que te he pedido por teléfono.
- Claro que si John - Y dirigiéndose a mi - ¿Esta cómoda usted señorita?

Y sin darme tiempo a responder se metió en la trastienda, y al cabo de pocos minutos, regreso con una caja en sus manos.

John se despidió de el, y sin bajarme todavía empezó a andar por las calles. Al cabo de 5 minutos llegamos a un parque que yo nunca había visto, me bajo de su espalda muy a pesar mío y ya con los pies en el suelo, se coloco detrás mía y me
tapo los ojos con una venda.

- John que haces? Jaja.
+ Shh, calla y anda, yo te guío.
- ¿Y si me caigo? -Pregunte temblando, se dio cuenta y me abrazó por detrás.
+ Fíate de mi.
Estuvimos muy poco tiempo andando y cuando paramos, me  susurro al odio: "Ahora estate muy quiera y no abras los ojos",me quito la venda, y se alejo unos pasos.
+ Abre los ojos.
- Oh, esto es realmente hermoso - exclamé mirando de un lado a otro del parque como si quisiese grabar cada uno delos detalles en mi memoria para siempre. Estaba todo iluminado por farolas, y en el centro
había una gran pista de patinaje sobre hielo rodeada por unas vallas de madera cubiertas de nieve.
+ Tú eres realmente hermosa, esto solo es un adorno más- Me respondió mientras acortaba la  distancia entre nosotros para envolverme entre sus brazos con un calido abrazo y colocarme esa flor que me había enviado horas antes en las manos. - Venga, vamos a patinar.

Me llevo hasta donde se pedían los patines, nos los pusimos, entró en la pista y se puso a patinar como un profesional. Al ver que me quedé agarrada a las vallas se acercó a mi lado.
+ ¿Por qué no vienes?
- Es que no se patinar -Me sonrojé
+ ¿Sabes que sonrojada estas adorable? -Cogió mi mano y me dejo en medio de la pista sola, al intentar alcanzarle iba a caerme, pero el vino y me sujetó, no se como acabamos abrazados, pero tampoco era que me molestase, en ese momento
me decidí a decirle lo que sentía.
- John, siento lo de hace 7 meses, me equivoque, pero te seguí queriendo desde siempre, solo que me tuve que ir porque mis padres, tuvieron un accidente, y tuve que ir a cuidarles y a trabajar -No había querido decírselo para que no se hiciese cargo 
él, quería ayudarles por mi trabajo y mi esfuerzo.
+ Pero Raquel, ¿por qué no me lo pediste? Sabes que te hubiese ayudado con el dinero, mi familia no tiene problemas - Su familia era una de las mas ricas de la ciudad. Me abrazó,
al ver las lagrimas salir de mis ojos.
- Pero yo no quería que tú -Impidió que siguiera hablando poniendo un dedo en mis labios.
- Mira Raquel, no me importa porque lo hiciste, solo quiero saber una cosa - Se sonrojó y miro al suelo- ¿Me quieres?
+ Pues claro que te quiero, tonto - Y le besé, con todo el amor que tenia guardado para él desde hace mucho tiempo, un beso cargado de ternura y agradecimiento por quererme solo como él me quería, beso que el me devolvió. 


Justo entonces empezó a nevar.

- ¿El beso no lo da el chico, cuando deja a la chica en casa? -Sonrió.
+ Pero nosotros somos diferentes, muy diferentes..



lunes, 30 de abril de 2012

¿Morirte? NUNCA.

¿Que quieres morirte? ¿ Que te sientes lo peor del mundo? ¿Que quieres qu et e digamos? Que eres la peor persona del mundo,que no te mereces nada,que nadie te aguanta, que este mundo seria mejor si tu no existieras? Mira, no conozco tus problemas, pero tampoco me hace falta, aunque todos te digan que es solo una racha, siempre hay alguien o algo que te puede ayudar, no hace falta que le cuentes tus problemas si no quieres, yo solo se que  necesitas encontrar a una persona que te ayude aun sin saberlos, que sepa cuando estas mal y que este contigo cuando estés bien.



Ahora a lo mejor parece todo muy difícil, y crees que no vas a encontrar solución, pero nada mas fuera de la realidad. 
Si te quieres sentir mal, siéntete mal, pero que sepas que voy a estar ahí ayudándote aunque no quieras, me eches, me grites o me desprecies.
Solo me importas tú, y se que en el fondo no quieres estar solo, aunque no lo digas con palabras, tu mirada lo dice todo.
Así que, prepárate, porque voy a ir y te voy a dar el mejor abrazo de tu vida, y no, aunque me supliques, nunca vas a estar solo.



sábado, 28 de abril de 2012

- Te quiero.
+ ¿Ya estas otra vez con eso? Si ni me conoces.
- Si te conozco, conozco la mirada que le echas a la gente cuando estas enfadada, conozco como arrugas la nariz cuando no te gusta algo, conozco como te ríes sin que nadie se de cuenta, conozco tu forma de caminar cuando quieres disfrutar del paisaje, mucho mas lenta que cuando tienes prisa, conozco tu sabor favorito de helado, conozco el color de tus ojos a la perfección, conozco cada una de las veces que has  reído..
+ Pero no sabes si te quiero.
- No me importa, por que de lo que si estoy seguro es que para mi eres lo mas importante, y que me encantan cada una de tus tonterías y de tus imperfecciones, porque te quiero a ti, y no me hace falta conocer tu pasado, ni tu presente, solo quiero conocer tu futuro, porque espero que sea conmigo.


Go.

+ Esto es un principio, todavía no podemos decir si va a acabar bien o mal, solo sabemos que las decisiones que tomemos acabaran en algo, puede doler, o puede hacernos inmensamente felices, pero para averiguarlo hay que llegar al final, a la ultima pagina de una historia.
No te aseguro un camino de rosas sin espinas, ni que todo sea fácil, a lo mejor nos duele pero merecerá la pena intentarlo, pues todo no puede ser malo, en toda historia hay algo bueno y eso es lo que merece la pena vivir.
- ¿Y si acaba mal?
+ Yo se, que si fallamos, no me va a importar, porque quiero hacer esta historia contigo.
-  Tengo miedo, ¿y si al final nos cansamos y aquí acaba todo?
+ ¿Y porque nos vamos a cansar? No hay que tener miedo por cosas que no son seguras, si no queremos separarnos no lo haremos, si no queremos hablar no hablaremos y si no queremos irnos, nos quedaremos.
La única cosa que no podemos controlar es enamorarnos y yo ya lo he echo, asi que, ¿por qué seguimos aquí hablando y no empezamos esta historia ya?